¿Dónde queda mi mano
si te viola lo invisible?
Le llevaré una materia
de tibieza y piel,
algún señuelo que impida
el paso de la muerte
entre los dedos.
Se posará en ella
el pájaro que espanta
a la lluvia,
el del canto enloquecido,
el bebedor.
¿Cómo te llamo?
¿Responderás al antiguo
nombre de la vida?
Y: ¿Serás tú ?
Tendré que preguntar
por los pocos secretos,
aquellas palabras íntimas
que ahora
también conocerá la noche,
y no sabré si finge tu voz
alguna estrella.
si te viola lo invisible?
Le llevaré una materia
de tibieza y piel,
algún señuelo que impida
el paso de la muerte
entre los dedos.
Se posará en ella
el pájaro que espanta
a la lluvia,
el del canto enloquecido,
el bebedor.
¿Cómo te llamo?
¿Responderás al antiguo
nombre de la vida?
Y: ¿Serás tú ?
Tendré que preguntar
por los pocos secretos,
aquellas palabras íntimas
que ahora
también conocerá la noche,
y no sabré si finge tu voz
alguna estrella.
Julio Obeso González
6 comentarios:
Pero cuando aparezca, la conocerás.
¡Muy bueno, Julio!
Preguntas que te serán respondidas cuando la noche tienda sus alas de silencio.
Bonito poema. El pájaro gris espantará la muerte y la torpeza.
Besos
Seguro que alguien al leer tu poema, sacará punta a tus manos, yo me pregunto de dónde tanta luz, tanta sombra rescata al silencio, se incendia en tu voz.
julio me resulta delicioso el ritmo de preguntas. Y su punto álgido para mi
"aquellas palabras intimas
que ahora
tamabién conocerá la noche".
un beso.
Me quedo sin palabras, o quizá las he traspañelado? No lo sé, pero sí sé que me deleita tu poesía.
Gracias Julio un cordial saludo
Jesús
La belleza en la palabra, olor a besos de romero, temblores de luz en ancestrales preguntas, así, entre la niebla blanca de las dudas, caminan tus encuentros, en ellos nosotros.
Un abrazo, Antonio.
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