martes, 20 de enero de 2009

Del libro "Apócrifo y además mentira"

Aunque antes del carpintero
y la alquimia

desiertos y ciudades lo sabían
y los profetas lo sabían,
dicen que escucharle
...................acompañar su sombra
era como grabar peces
en el nombre del padre.




Qué confianza en su vientre:¿Ni un asomo?
Peces y certeza, un buen principio




¿Jugamos a soplar tallas
a sanar pájaros?
¡Elígeme a mí
...........a mí!
Quiero estar a la diestra
en tu equipo de tabas.
"Tú sí, tu no..."
¿No, yo no?
¡Ya te cogeré en algún huerto!



¿Qué padre me atiende?
-Y ella-:
"De hombre a hombre
es un tema delicado"
-Y él-:
"Es el hijo y tiene hambre"
(Piensa en la suya propia,
en la mirada esquiva de la mujer
cuando Nazareth se vuelve
carne de palmera)
Le gustaría que aquellas manos bajasen
a curar el miedo
a espantar las pesadillas:
¡Las manos del padre!;
pero está llorando
repite sin sentido:
........................"Tapadera"



Cuéntame otra vez lo del arca, no llores.
Piensa en tus muebles:
¡Qué milagro!
¿Cuánta carne mía se precisa
para una última cena?
Tú, con una mesa...



Bajo el sueño
el párpado del asesino
se cierra natural,
como un día terminado.
Plenilunio que resalta
el surco abierto a cuchillo.
¡Cae ahora,
interesa su aliento!
Nos sobran cosechas de muerte,
rebosa el silo.
¿Él sí y yo no?



Si creer aumenta el riesgo
y el gallo precipita su anuncio,
la soledad cenará árboles desnudos.
¿De dónde nace este miedo
a la madera?
Responde el eco.
La muerte es una pantalla.
¿Suficientes prodigios?
¿Hasta dónde pagas tú
el viaje?
¿No habrás sobrevalorado
la silla de tu diestra?
Él, vendía sus muebles sin usura.

Julio Obeso González

 

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