martes, 5 de febrero de 2008

LOS POETAS MANDAN



con las manos húmedas
de sexar estrellas
girando con voracidad de lazo
excita las voces tras las pancartas
suben dos tonos
y las palmas arden
y los primeros contenedores arden
se desmayan con lluvia millar los cristales
como un frío incapaz de sostenerse
el poeta
la voz del poeta eleva las llamas
crepitan
y los tenientes preguntan arqueando las cejas
y los capitanes responden hombros arriba
y los ministros buscan por el pánico
urgentes condecoraciones
una estrella macho sería un astro ¿no?
¿qué dice éste?

Julio Obeso González
 

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