miércoles, 19 de diciembre de 2007

LETRAS DESENAMORADAS




No vendrá.
Fuiste convidada por labios consagrados.
Nada imaginado es mentira.
Así el café y sus sábanas,
el gozo, los andenes que te hacían vid
en la distancia.
Nunca más.
Mataste al mensajero.
¿Cómo adivinar que la carta
era la daga?

Julio Obeso González

CANCIÓN DE LAS TIERRAS LEJANAS




Hay una canción oscura
que sólo conocen las trompetas,
por la carne del ferrocarril
y en la fibra de los algodones
viaja.
(“Long way to home”
se le parece, cuando blues)
Carisma de cadena,
hambre, yuyo, candombe
pero negra.
¿Cuánto más no serán
esas tierras,
lo que un hombre llama casa?

Julio Obeso González

MUTACIÓN




Hombres o ángeles.
Estoy seguro que basta
el azar de una moneda
para que la estela
vaya de la risa al dolor.
Cuanto acontece
es lo prosaico de un contrato,
una vendimia monocroma
de uvas azules.

Julio Obeso González

CONTRASTE




La indigencia colisiona contra Dios.
La exuberancia es más humana.
Hay una choza que clava su pajiza médula
en el mismo ojo del concilio.
Ved ese palacio: Un satélite forjado
a las orillas del Ganges,
en la Corea pobre, en la periferia de Hong Kong.
Ocupado en lo suyo, la inopia fluye
por la sangre de los ángeles.
La vieja receta del pan
vuelve nómada a la hoguera.
Trazar consignas cuando el cataclismo
no merece ni la tinta de su nombre
es sombra de políticos.
El hambre, no.

Julio Obeso González

ASUETO




Hoy no tengo nada mejor que hacer,
viajo al Caribe.
Ya llegué. Directo a las palmeras,
diademas vegetales, baratijas exóticas.
Pero ellas apenas sin caderas,
desbordan cintura.
Me incomodo y pido un coco.
Qué paisaje tan distinto al de ayer.
Era Holanda un rumor de molinos,
Francia olía a café.
Berlín, querida Berlín, crujiente
como una ensalada de col.
Ni luz ni calles.
regreso. Directo a casa.
Ahora mar, cien láminas y algunas palabras.
Siempre me llevo voces como recuerdo.

Julio Obeso González

CUANDO NIÑO





Cuando niño, nada maderable había
y todo era juguete, cualquier sueño:
Ángeles en la sopa, aviones mosca,
pinzas pirata.
Qué permeables los ojos y blandas
las esquinas, intuición de manos y destajo.
Mucho más tarde supe del niño yuntero.
El reloj tenía prisa, valor lo hecho, puñal la mesa
y la vida terrorista firmaba, el fin del alto al juego.

viernes, 7 de diciembre de 2007

Encuentros Poéticos






El próximo día 14 de Diciembre, en el salón de actos del Antiguo Instituto Jovellanos, tendré la ocasión de compartir con todos vosotros un tiempo de poesía, gracias a la invitación de Antonio Merayo, coordinador de dichos encuentros.
Antonio Merayo nació en Corullón (León) en 1949. Cofundador de la revista de poesía Alcance. Está incluido en Historia de la literatura leonesa (Everest, 1982). Poemas suyos han aparecido en publicaciones colectivas como Presencias del origen en la poesía leonesa actual (Letras de Venatia, 1999), The children´s book of american birds (Leteo, 2005) o Poemas en la arena (Poegía, 2006). Colabora en revistas literarias, en prensa diaria y ha dado recitales y conferencias en varias ciudades. En 2006 participó en la Gran Noche de la Poesía celebrada dentro del Salón del Libro Iberoamericano. Coordina los Encuentros Poéticos en el Centro de Cultura Antiguo Instituto Jovellanos, de Gijón. Tiene varios libros inéditos de poesía, aforismos y cuentos. Fue Poeta del Alba en 2004. Ha publicado los poemarios Opúsculo poético (1970) y En aquel tiempo azul (C.E.A. “Marcelo Macías”, 2005). Sus próximas publicaciones serán el libro de aforismos Tiempo escrito y el de poesía El caballo del frío.
Estos actos promovidos por la Fundación Municipal De Cultura, Educación Y Universidad Popular, tienen una larga tradición. Por ellos han pasado poetas de gran reconocimiento como Antonio Gamoneda o Ángel González. Mi presentación será la número 86, otros 85 poetas han hecho de estos actos un referente de la poesía española.

Julio Obeso

domingo, 4 de noviembre de 2007

CASI AFORISMO


Es posible que no haya nada tan sombrío
como el llanto de un viejo sin respuesta.
Son los límites de la luz
surcos del sollozo.

Julio Obeso González

LABOR DE OLVIDO


Su boca, menos de un tercio de esperanza,
fractura de añiles, fría, tetánica.
Todo esperaba de su muerte
salvo la sombra.
Bajo el fuego fatuo
nada se mueve, respira, silba:
Paz de los cadáveres ancianos.
La longeva pulcritud de las tumbas
es mérito
de la digna labor que el olvido
practica.

Julio Obeso González

martes, 16 de octubre de 2007

LA TERNURA (A CARLOS HERRERA)



Cede, empapa, besa,
con líneas finísimas, traza,
y se desmayan las letras,
los columpios altos
rozan ángeles,
estrecha fiereza de vapor,
nube calma, lluvia carne,
sangre eco ,
llovizna azul en brazos.
¿Dónde tú antes de ser?
y aún ahora
quema el qué será.
Gonzalo ríe por el contagio
de tu boca,
se enloma el instinto,
ni una gota
entre tu pecho
y su risa.
Convocada queda la ternura
bajo el signo del agua
y dos manos transparentes,
de pequeñas, desnudas.

A Carlos Herrera, amigo desde las entrañas.

Julio Obeso

domingo, 7 de octubre de 2007

SOLDADOS DE GÉNERO

Este es un vídeo hecho a partir de un trabajo en Powerpoint, pierde algo de calidad expuesto en la red, si a alguien le interesa para realizar algún montaje o reproducción, puede ponerse en contacto conmigo: julio.obeso.gonzalez@gmail.com y se lo haré llegar por descarga directa.Recomiendo que se vea a pantalla completa (botón en la esquina inferior derecha del reproductor con forma de cuadrado y flechas en las esquinas)
soldados.avi (82.02 MB)

lunes, 1 de octubre de 2007

ASÍ FUE: MAGIA POÉTICA

PRESENTACIÓN CUADERNOS CAUDALES EN GIJÓN

Dentro de pocos días colgaré el vídeo de este evento. Mientras tanto quiero compartir estas imágenes como anticipo.
Julio Obeso

viernes, 21 de septiembre de 2007

POEMA GANADOR DEL" -II- CERTAMEN INTERNACIONAL DE POESÍA ERÓTICA EL BUHO ROJO"

Este resumen no está disponible. Haz clic en este enlace para ver la entrada.

miércoles, 12 de septiembre de 2007

PRESENTACIÓN EN EL ATENEO JOVELLANOS DE GIJÓN DE LA "ASOCIACIÓN POÉTICA CAUDAL" 28.09.2007





La “Asociación Poética Caudal” se constituyó formalmente en Abril de 2007, aunque se gestó en fechas anteriores. Nace como intento de unos amigos por devolver a la poesía algo de lo que ella nos regala. En nuestros estatutos figuran, como puntos cardinales para la orientación del proyecto, tres objetivos básicos:
-Dar voz y reconocimiento a poetas cuya falta de medios les condena al anonimato.
- Hacer llegar a la poesía allí donde sea reclamada o presentarla como una forma de expresión, válida y arriesgada, en los ámbitos donde no está presente.
-Pasarlo bien.
Con frecuencia este último punto provoca sonrisas, pero en nuestra interpretación no es, ni mucho menos, anacrónico. Tendemos a solemnizar la poesía, a vestirla con formas que provocan distanciamiento, cuando no incomodidad. En nuestros recitales buscamos la interacción con quien asiste, necesitamos del eco como una voz más.
Lo principal es animar a la lectura como motor de consciencia y buscador de la ética y estética desde las que posicionarse en el presente, sobrepasado de espesor, estupor y vértigo, sin abandonar el humor y la belleza como herramientas que lo posibiliten. Todo en complicidad con los asistentes, todo en un trato personal de autores y oyentes, donde los papeles se intercambian, donde el diálogo y la palabra son los auténticos protagonistas de este juego deliberativo y gozoso que es la poesía.

En la actualidad somos cuatro los componentes de “Caudal”:
Víctor Gómez (Valencia)
Carmen Albertus (Málaga)
Luis Oroz (Madrid)
Julio Obeso (Gijón)
Para nuestra presentación en el Ateneo Jovellanos de Gijón, traemos uno de nuestros más ambiciosos proyectos: “Cuadernos Caudales de Poesía”; una antología de diez poetas, ensayo no comercial de creación y lectura. Por un cierto retraso en la imprenta, es probable que no dispongamos de los cinco cuadernos que componen esta primera edición, en los que se editan el trabajo de dos poetas por cuaderno; pero podrán ser solicitados en el Ateneo Jovellanos, cuando estén terminados. Dichos ejemplares se entregarán de forma gratuita a quienes asistan al encuentro o con posterioridad los demanden, la única condición, no por obvia menos exigente, es que sean leídos. El proyecto completo estará disponible en formato PDF en Internet, para todos los interesados a través de las siguientes direcciones:
http://viktorgomez.blogspot.com/
http://pintandoversoslibro.blogspot.com/
http://juliocoltrane.blogspot.com/
Los poetas de esta primera antología son:

Ana Mª Espinosa "Carla Herrera" de Jerez de la Frontera (España)

Antonio Martínez i Ferrer de Alzira (Valencia-España)

Arturo Borrá, argentino residente en Alzira (Valencia-España)

Carmen Albertus de Málaga (España)

Esmeralda Martí de Salamanca (España)

Laura Giordani, argentina residente en Alzira (Valencia-España)

Luis Oroz de Madrid (España)

Sandra G. Garrido de Torrevieja (España)

Viktor Gómez “Valentinos” de Valencia (España)

Julio Obeso de Gijón (España)

Se pedirá la participación a quienes asistan con lecturas-recitados de poemas propios o de un poeta que haya escrito algo capaz de emocionarles, para ahondar en el carácter lúdico al que antes hacía referencia.


Julio Obeso

jueves, 6 de septiembre de 2007

VAIVÉN



Una vena hace oscilar al péndulo.
Paso del amor a la nostalgia.
Regreso:
Ahora eres sangre mía
y llevas un fular de capilares,
un cinturón de endrinas.
Vuelvo:
Estás tan pálida que quisiera frotarte
o ser algo tuyo,
un rubor.
Retorno:
Acaricio de ti lo refractario
acento del nacer, cumplido el ciclo,
un clavel acosado por la nieve.
Bucle:
Arteria sin pálpito,
arquitectura de medusa,
redoble de apatía.
Se detiene a diez noches del suspiro.

Julio Obeso

domingo, 2 de septiembre de 2007

SENECTUTE




“¡Desdichado de aquel anciano que durante toda su larga edad no ha visto que debe despreciarse la muerte! La cual, si con ella se extingue hasta la propia alma, no debe preocuparse y si, por el contrario, la ha de llevar a un lugar donde ha de ser eterna, es por lo tanto digna de ser deseada.” (CICERÓN, “SOBRE LA VEJEZ”)


Viejos signados con una obra en la frente
que era el canto del gallo en sus mañanas.
Bóvidos formidables uncidos con grúas
y dientes de reja sin labios.
Sus destierros desconocen lenguas
por los callos impermeables de las máquinas.
La muerte les llega tras la siesta o se acomoda
cuando era casi audible el cuerno del otoño.
¿Quién hereda?: El que menos ama.
¿Quién regresa?: El heredero.
¿Qué trae en su baúl inmediato?:
Un cuchillo de piedra.
Perfuma de pedernal una cóncava sandía
implicando con su sangre al maestro
(solitario al que siempre le faltó el as de oros).
El turrón desmigado es otra pista,
el troquel del billete como “oh” sorprendido
ante un Cristo de ojos cerbatana.
Viejos signados con una cruz en la frente.
Julio Obeso

martes, 28 de agosto de 2007

DECORADO PARA LA TRISTEZA


Puede ser maíz temblando de sed
o un violeta veneno en el vino.
Las espaldas son tristes, extensas, pero tristes.
No va más allá el azud
y sus jumentos prolongando yunques.
Algunos hombres son así:
Lomos de atunes fríos o
azules aves milenarias.
Los trombones ceniza, los centros de azucenas
o una torcaz bajo la cintura,
sedimentan en el ojo lóbregos camposantos.
Julio Obeso

jueves, 23 de agosto de 2007

MENCIÓN



En aquel olvido la vida no fue egoísta.
En el rumor del labio no existía tristeza.
El río cuidó desde el manantial lágrimas y descenso.
¿Untarse el párpado
o cerrar los ojos sin escrúpulo?
Estival memoria:¿Qué nombre?
Acaso hay un delta para lo innecesario.
En aquel olvido se congregaron quejas, sus ancianas venas
eran signos en el iris -colmena de cristal-,
zumbido de molesta trayectoria.
Posiblemente hubiese ocurrido.
Posiblemente sin rencor, sobre una cama.
Tristeza enredada, pero defendiéndote.
Ya no volverá esa evocación amparada en su dolor.

Julio Obeso

viernes, 17 de agosto de 2007

REFORMAS HOGAREÑAS



CAPITULO 1. REFORMAS HOGAREÑAS.

Envasaba a los camaleones en tarros medianos llenos de disolvente cuando más verdes estaban (si lo que deseaba pintar eran ventanas), o los situaba, de buena mañana, sobre papel de regalo, para las cenefas de la salita.
“Nunca colaboran –pensaba- Ya sé que no les debe hacer ninguna gracia, pero las causas son las causas, además si no chillan es que nada sienten”.
Se encontró mejor con el asunto enfocado y cogió a la niña en cuello: “¿De quién son estos ojitoooss?”
-Míos-
De negro estaba bien así que la dejó seguir jugando.

jueves, 16 de agosto de 2007

SEMBLANZA





Por la boca del pozo escucho
un eco,
zapateo de rayuelas.
Estoy aquí profundo y fresco:
Profundo y fresco.
Apuesto por los insectos
en horas suicidas.
Habla
el agua que llega de lejos,
de antes, de lo
h
o
n
d
o,
como la tristeza.

Julio Obeso

martes, 14 de agosto de 2007

EXPONGO


Ya no sufro.
Doblo cuidadoso el tiempo
que me han cedido
lápices y papeles.
Soy un lar -ropa cómoda,
chimenea,zapatillas-
vigilando los secretos
movimientos de un alma
tan desbastada
que es omisa, expuesta,
     diana.
También decidí
electrificar los márgenes
de estos pagos comunales,
virtuales pastores
     no     soldados,
cuidan de mi pecho en intemperie.
No soy más feliz,
solo conseguí que los cometas
llevasen en sus colas
las cartas que nunca llegaron.

Julio Obeso

domingo, 12 de agosto de 2007

APÓCRIFO


Ah, sí: Mi mundo no es de este reino;
vivo todas las tentaciones y delego
en tu nombre.
¿Por qué no me olvidas?
El último cáliz a la luz de luciérnagas.
No hay tarea, empeño, muerte.
¿Lázaro?
¡Abracadabra!
Ve tú a preparar la mesa.
¿Diste canto a las ocas?:
-Perfecto-
Cambia pues la veleta, tengo presagiada
una corona,
      mordisco,
          sangre,
           traición.
Olivos, pan ácimo… ¡Será sonado!
Por los siglos de los siglos.
Amén

Julio Obeso

martes, 7 de agosto de 2007

El Mecenas (Capitulo 5 de: "Escritos claramente oscuros")



CAPITULO 5. EL MECENAS

Cuando el hambre ensayaba su desfile ocupaba la mente en complicadas operaciones, para que el hambre perdiera el paso. No se paraba a pensar las contadas ocasiones en que eso ocurría, la rutina es el mejor diapasón y se viste con uniforme. Comenzó interiorizando su sueño:
-Soy un buen poeta. ¿Nadie querrá pagarme un sueldo por escribir tres poemas diarios? Casi mil cien al año, más de veinte mil versos, seis libros de ciento ochenta poemas cada año, todos los años. Soy un buen poeta-
¡PAM, PAM, RATAPLÁN! El hueco de su vientre era un consumado metrónomo: ¡Izquierda, izquierda, izquierda, derecha, izquierda! El hombre del sombrero sobre la mesa, en otras ocasiones había adormecido a sus soldaditos con un café y algún bollo. Le hizo una seña para que se acercara.
-“Yo te pagaré ese salario, pero habrá una condición”-
No alcanzaba a comprender como algo razonado tan íntimamente, pudo ser captado por aquel hombre con su sombrero encima de la mesa. Lo más extraño es que no le suponía problema o curiosidad.
-“En este libro hay tres mil palabras, cada poema que escribas ha de empezar por una de ellas y la tacharás en la página. Una vez al mes me entregarás el trabajo. Cumple y no volverás a tener problemas con el dinero.”-Antes de irse le dio un adelanto.
Todo funcionó como el hombre prometiera. En aquella cafetería le recogía sus escritos, miraba el libro con las palabras suprimidas y, en efectivo, le pagaba. Su mecenas era un hombre realmente espléndido, cada treinta días le subía el sueldo. Allá por el cuarto mes los soldaditos se habían licenciado. Alquiló una casa y se podía permitir comidas que no sabía que existían.
Una vez terminado el libro, el hombre del sombrero sobre la mesa le entregó otro, con tres mil más. Fue entonces cuando se dio cuenta del hecho: No podía recordar las palabras que eliminaba, desaparecían de su mente al mismo tiempo que eran tachadas por la pluma. Aún así continuó, aunque el segundo libro fue incapaz de agotarlo. Perdió más de cuatro mil palabras conocidas y las que eran nuevas, nada le decían. Dejó de escribir y el hombre del sombreo sobre la mesa de pagarle. No necesitaba el dinero, había ahorrado una cantidad suficiente para poder vivir holgadamente, pero era incapaz de pedir una barra de pan o recordar el día de la semana. La cara falta de expresión y un hilillo de baba que descendía continuamente de los labios, provocó su internamiento en el psiquiátrico.
Al final de cada mes, un hombre con palabra fácil y profuso vocabulario, le visitaba. Se sentaba a su lado y le limpiaba la boca. De su sombreo sacaba unas hojas manuscritas que le leía. A él no le suponía problema o curiosidad.

Julio Obeso

EJERCICIO


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Imaginad un hielo azul,
náufrago con párkinson
de mareas.
Él a su vez sueña
con el viaje. Ha oído hablar
de lo mestizo
y tan serio su propósito,
se deshace en agua.
Antes fue tocador
para las aves más blancas,
juguete de orcas,
comentario para los australes
navíos. Imaginad ahora
un punto dulce
en una lágrima:
¿Lo veis?
El deshielo de los ojos
es el llanto.

Julio Obeso

EN LA NOCHE

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El pianista interpretaba con manos córvidas
una pieza imaginada:
“Lejos, lejos, niña herida,
muy cerca del primer beso”
Atraía los aplausos del llanto,
la coqueta sonrisa de la estatua
y un guiño cómplice al sábado agostado.
“Lenta, lenta, pequeña luz,
tras la mampara”

Julio Obeso

A love supreme


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De pronto todo el aire
es cereza
y tiene un modo de ave fría
temblando entre la muerte
y el vuelo.
Por más que quisiera defenderte
hay una voz de cosecha
en el aliento,
perfume final a frutos rojos.
No sirve entrarte
como un velero,
hendirte espuma,
gozarte como sandía
de brutales muerdos.
Me paran las horas
que se desploman
y la alquimia no resuelta
de volver carne
cuanto pienso.

Julio Obeso

domingo, 15 de julio de 2007

EN DEFENSA

gargola2



No cede, por muchos Junios
de mar trasegada
la piel en salmuera aparece.
¡Oh, los pescadores
del Gran Norte!
Enjutos bacalaos en trasnoche
de bitácoras.
Pero: ¿Qué me decís de las gárgolas?
Sin un puerto donde dimensionar
el miedo.
Abocadas, asomadas,
lentas de piedra noble,
agorafobias, vértigo de altura.
Pensad en ellas
cuando la arbolada os conduzca
a las inmóviles tabernas.

Julio Obeso

ESCENA


Una coreografía de tres gorriones
con su selva aislada.
Atónito:
-No sabía lo de las puntillas-
“El mutante no puede,
es por el muñón”
Me fijo. Ni lo intenta.
Dos elipses y rasante.
Baja la niña del columpio.
-Está lisiado-
“Ya, siempre vuela a ras”
Cuánto saben los niños
de ciudad.
Julio Obeso

domingo, 24 de junio de 2007

EL OTRO LADO DEL NACER

ella no sentía


Sobre la desilusión
casi todo está escrito.
Quizá quede
algún ángulo
como el otro lado
del nacer
o aquella esquina
tiznada
que el fuego
no quiso.
Por añadir algo,
la respuesta de los
sueños heridos:
¡Sshh... Ya pasó!

Julio Obeso

VIEJA AMIGA

aniversario
La pena ama
el ronroneo:
¿Quién cuidará
ahora de mis dedos
acostumbrados?
Fue capaz
de mirar espíritus
con vídrios centesimales
y dormir.
Dejó francas las
puertas
que sólo se abren
con el lomo
y un hondo araño
en el felpudo.
No serán las mismas
lentejas
sin su secreto,
ni gozne la
ventana prohibida.
Sé que volverá
porque aún
no ha tocado
la arena nueva:
¡Si la conoceré!

Julio Obeso

viernes, 22 de junio de 2007

BREVE SOMBRA



Toda sombra

es vital

de un cuerpo

opaco.

Tú, umbría,

útero,

fronda regazo

de todas ellas.


Julio Obeso

jueves, 7 de junio de 2007

EL BOLICHE






Si subes al -barrio alto-, muy cerca de la antigua fábrica de tabacos, en una de esas calles estrechas que mueren ensimismadas, aún se puede ver la casa. “El Cóndor” voló en su día entre cestas de pesca, redes reparadas, mucho humo, lecciones y fiestas. Fue todo un descubrimiento con dieciocho años en canal. Si mis manos hubiesen soportado el peso de los pinceles, colgados de estos recuerdos habría retratos, bodegones y figuras en movimiento.

PABLO
Siguiendo mis referencias de finales de los setenta, “Pablo el Montonero” tenía barba a lo Cafrune, mate en la memoria y una guitarra. Abrió El Cóndor como un resumen de su vida: Más corazón que futuro. La sordera total del oído izquierdo (creo recordar siete razones distintas que la justificaban) hacía que siempre te mostrara su perfil bueno: “Las minas adoran este hemisferio, turro” Casi todo en él era grande y aquello que no lo era, lo situaba frente al proyector de su verborrea capaz de agigantar un átomo hasta proporciones dantescas. Se protegía a la sombra de un paraguas hecho con varillas de exilio y lona impermeable a la nostalgia. Buenos Aires era la única con salvoconducto para entrar, a cualquier hora, todos los días. Cada noche cantaba para los que faltos de dinero bebíamos vino en la barra y a los pocos que sentados cenaban.
Compartía cama y negocio con una mujer delgada y alta, con algún tono argento más por contagio que por cuna, pero capaz de mimetizarse en su entorno como una historia más; una musa de fogones que con el trabajo hecho, se sentaba a compartir la vida y el mate que a Pablo le sobraba. Se llamaba Mila.

EL BOLICHE
El Cóndor”había sido un almacén de aparejos. Las paredes de piedra, el suelo de piedra, el resto madera vieja. En mitad del barrio de pescadores, era un anacronismo aún para los más abiertos. Sacó chimeneas sin permiso, abrió ventanas y el camino, a otros chiringuitos que copiaron su estilo. En las paredes una enorme cara del “Che”, fotos de cargas policiales, un gaucho flaco pirograbado y banderines albiazules con sentencias de Martín Fierro:

“Sepan cuantos escuchan
De mis penas el relato,
Que nunca peleo ni mato
Sino por necesidá,
Y que a tanta alversidá
Sólo me arrojó el mal trato”

Decorando una estantería larga y medio alta, había decenas de tarros de cristal llenos de arenas de colores, hábilmente mezcladas. Eran altares “In memoriam”: Roberto Goyeneche, Alberto Podesta, Troilo, Edmundo Rivero, Gardel, Alberto Marino... Todos tenían nombres. Donde terminaba la estantería, una pizarra verde anunciaba: “Pruebe nuestro menú argentino”:

-MATAMBRE
-ENSALADA DE CHOCLO
-ASADO DE TIRA
-CHURRASCO
-PAPAS ASADAS
-DULCE DE BATATA

Por dos mil pesetas podían comer dos personas, tomar café y grapa. Y escuchar la voz de Pablo desgranar canciones inauditas, en aquella villa de pescadores, donde apenas hacía una década había llegado la televisión.

EL CANTO

Sacaba la voz del ombligo: Áspera, fuerte y redonda. No manejaba bien la guitarra, aunque se defendía. A veces prefería la “capela” y medio recitaba canciones. Lo importante era su voz. No se callaba ni debajo del agua. Enseguida relacionaba cualquier tema con una anécdota : “Oite, a mi me ocurrió” y tenía esa facilidad hipnótica para envolverte, subirte y bajarte al antojo de su imaginación. Todo era un desastre, una hecatombe de proporciones siderales. Si caía ceniza al café, si el churrasco llegaba algo pasado, si una cucaracha se había colado; eran motivos más que suficientes para abrir el pecho de Pandora en Pablo. Sólo cuando subía al escenario (meseta de veinte centímetros de altura, silla y doble micrófono), algo de paz se posaba en su lengua y en sus manos.
“¿Oyeron?: Hoy vamos a hacer un tango” Era su grito de :-¡Azúcar!- con el que iniciaba, cada noche, el capítulo que había esperado durante todo el día. De entre su barba comenzaba a salir un sonido como de motor en ralentí . Tenía sus comodines, sus guiños a los más fieles y siempre cerraba la sesión con: “Ete es para mi, uno de los tangos más hermosos que un hombre pueda cantar: 100 de Abril

“No, no estás ahora
en este Sur que hermoseará
nuestra tristeza en rebelión que no entendés,
y tantas cosas. Pero chau,
que en el café van a cerrar,
y afuera un poco entró a llorar
y adentro un poco entró a llover.
Mi carta no te mandaré,
la sudestada la borró.
Como a vos, ¡Ay! Como a vos”

Nunca me olvidaré de cómo, en mi barrio de pescadores entró a borbotones la voz anciana del Sur. Hace años que Pablo y Mila son puntitos de memoria, achicados o enormes según vaya la charla. En lunfardo es milonga y para Fierro "alversidá", para mí fue una canción que jamás podré olvidar.

JULIO OBESO

miércoles, 6 de junio de 2007

MEJOR DICHO


Rectifico,
éste amor
es asonante.
Acabo de rimar
evidentes sufijos
"fantasía"
con
"rutina",
"abrazo"
y
"olvido"
¡Qué mal poeta!
Soy pastor
de empeños
saciado de nieve
agria.

JULIO OBESO

lunes, 4 de junio de 2007

PUZZLE




Antes de ser yo
con mis lunas cuadradas
o
una danza violeta,
troquelé la rabia
gritando márgenes
a los filos.
Sobre los pies,
como líquido excedido
de una lamentable
próstata,
iracundas partículas
con perfil engranaje
retorcían su boca
dentada.
Sólo la colera
admite puzzles
la paz
es siamesa indivisible.

JULIO OBESO

martes, 29 de mayo de 2007

ABORDAJE


Cierta latitud inexplicable
modula estelas.
La calma nace cuando el
viento se fatiga
y se hunden las quillas
en el fango silencioso.
Daga en los dientes
acuchillo la rutina
para renovar mi patente
corsa,
por no ceder al sargazo
esta náutica pasión
que inmola féretros.
Todos los piratas somos
bandera genética
en desamparo.

JULIO OBESO

A BEN TOUR, MÁGICO ILUSTRADOR



Cintas, teatro móvil,
acuarela deshilachada,
labor apicultora,
la vida en fibra.
¡Oh, de las imágenes
únicas!
Lloran los colores
la estática del futuro,
donan la placenta
tus pinceles,
y el aire sólo fija,
nada entretiene.
Me enamoré antes
de cada una de esas
mujeres, dormí
al costado
de la más lejana
en noches lienzo.
Salud, Ben Tour,
mago druida
del texto dibujado.

JULIO OBESO

lunes, 28 de mayo de 2007

ALUCINACIÓN



Crónica sin límites el deseo,
paso imperceptible
por manantiales pezones
de nieve hervida.
Ahí la boca satisfecha
con dos hilos en descenso,
hilván de la sonrisa.
Chasquido de trece primaveras
cuando más profundo el sueño,
soledad, oídos alerta
al mundo de los pasillos.
Entonces los labios ventrílocuos
pronuncian nombres
sin permiso.
Recíprocos movimientos,
elixir de floresta o cines,
y tantas otras cunetas.
Lenguas rapidísimas tejen
con agujas gástricas
el rictus de lo satisfecho.
Al vuelo de los búhos, en su filo,
los ojos tras lo exterior,
circundantes a la anécdota,
al viento trasteando muslos.
Boquete descerrajado la boca
porque falta el aire.

JULIO OBESO

domingo, 20 de mayo de 2007

Generated Image



No te imaginas cuanta oscuridad
se resuelve en respiración.
Mis sueños se visten
con la ropa que te roban
las metáforas.
Es mi ilusa manera de cercarte
el mirarte en espejo,
doble traición,
intimidad violada,
nocturnidad.
Horas secretas,ruborizadas,
tartamudas de azogue,
por no ser capaz
de pedirte una foto.


JULIO OBESO

lunes, 7 de mayo de 2007

ESCENA ROBADA



Eres un rumor que mi sangre reconoce.
Sólo nombrarte llena el aforo,
se puebla el escenario de formas huidizas
y cordiales focos resaltan en círculos
guiones que han de ser voces,
tramas, sonoras sábanas.
Figurante soy en estas horas
cuando al subir el telón
todo el acto era mío: La escena diseñada
a mi medida, míos los aplausos, mía la risa.
Su torso es bambalina, tras él te cambias.
Yo salgo entre todos
cuando decrecen las manos,
se buscan las chaquetas
y el ansia enciende
los primeros cigarrillos.



JULIOOBESO

 

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