miércoles, 19 de diciembre de 2007

LETRAS DESENAMORADAS




No vendrá.
Fuiste convidada por labios consagrados.
Nada imaginado es mentira.
Así el café y sus sábanas,
el gozo, los andenes que te hacían vid
en la distancia.
Nunca más.
Mataste al mensajero.
¿Cómo adivinar que la carta
era la daga?

Julio Obeso González

CANCIÓN DE LAS TIERRAS LEJANAS




Hay una canción oscura
que sólo conocen las trompetas,
por la carne del ferrocarril
y en la fibra de los algodones
viaja.
(“Long way to home”
se le parece, cuando blues)
Carisma de cadena,
hambre, yuyo, candombe
pero negra.
¿Cuánto más no serán
esas tierras,
lo que un hombre llama casa?

Julio Obeso González

MUTACIÓN




Hombres o ángeles.
Estoy seguro que basta
el azar de una moneda
para que la estela
vaya de la risa al dolor.
Cuanto acontece
es lo prosaico de un contrato,
una vendimia monocroma
de uvas azules.

Julio Obeso González

CONTRASTE




La indigencia colisiona contra Dios.
La exuberancia es más humana.
Hay una choza que clava su pajiza médula
en el mismo ojo del concilio.
Ved ese palacio: Un satélite forjado
a las orillas del Ganges,
en la Corea pobre, en la periferia de Hong Kong.
Ocupado en lo suyo, la inopia fluye
por la sangre de los ángeles.
La vieja receta del pan
vuelve nómada a la hoguera.
Trazar consignas cuando el cataclismo
no merece ni la tinta de su nombre
es sombra de políticos.
El hambre, no.

Julio Obeso González

ASUETO




Hoy no tengo nada mejor que hacer,
viajo al Caribe.
Ya llegué. Directo a las palmeras,
diademas vegetales, baratijas exóticas.
Pero ellas apenas sin caderas,
desbordan cintura.
Me incomodo y pido un coco.
Qué paisaje tan distinto al de ayer.
Era Holanda un rumor de molinos,
Francia olía a café.
Berlín, querida Berlín, crujiente
como una ensalada de col.
Ni luz ni calles.
regreso. Directo a casa.
Ahora mar, cien láminas y algunas palabras.
Siempre me llevo voces como recuerdo.

Julio Obeso González

CUANDO NIÑO





Cuando niño, nada maderable había
y todo era juguete, cualquier sueño:
Ángeles en la sopa, aviones mosca,
pinzas pirata.
Qué permeables los ojos y blandas
las esquinas, intuición de manos y destajo.
Mucho más tarde supe del niño yuntero.
El reloj tenía prisa, valor lo hecho, puñal la mesa
y la vida terrorista firmaba, el fin del alto al juego.

viernes, 7 de diciembre de 2007

Encuentros Poéticos






El próximo día 14 de Diciembre, en el salón de actos del Antiguo Instituto Jovellanos, tendré la ocasión de compartir con todos vosotros un tiempo de poesía, gracias a la invitación de Antonio Merayo, coordinador de dichos encuentros.
Antonio Merayo nació en Corullón (León) en 1949. Cofundador de la revista de poesía Alcance. Está incluido en Historia de la literatura leonesa (Everest, 1982). Poemas suyos han aparecido en publicaciones colectivas como Presencias del origen en la poesía leonesa actual (Letras de Venatia, 1999), The children´s book of american birds (Leteo, 2005) o Poemas en la arena (Poegía, 2006). Colabora en revistas literarias, en prensa diaria y ha dado recitales y conferencias en varias ciudades. En 2006 participó en la Gran Noche de la Poesía celebrada dentro del Salón del Libro Iberoamericano. Coordina los Encuentros Poéticos en el Centro de Cultura Antiguo Instituto Jovellanos, de Gijón. Tiene varios libros inéditos de poesía, aforismos y cuentos. Fue Poeta del Alba en 2004. Ha publicado los poemarios Opúsculo poético (1970) y En aquel tiempo azul (C.E.A. “Marcelo Macías”, 2005). Sus próximas publicaciones serán el libro de aforismos Tiempo escrito y el de poesía El caballo del frío.
Estos actos promovidos por la Fundación Municipal De Cultura, Educación Y Universidad Popular, tienen una larga tradición. Por ellos han pasado poetas de gran reconocimiento como Antonio Gamoneda o Ángel González. Mi presentación será la número 86, otros 85 poetas han hecho de estos actos un referente de la poesía española.

Julio Obeso
 

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