martes, 10 de marzo de 2009

Latencia


No depende ni de ti ni de mi
aunque sería hermoso.
De momento estamos blindados
ante la culpa
porque evitar el amor
ha de ser delito,
pero aún no nos conocemos.
¿Cómo me imaginas?
Creo que tus límites alojan cada árbol
que un día me habló,
todas las noches que sonreí la piedad
de una tibieza dedicada,
aquellos colores indecibles
como la altísima melancolía
del deseo incumplido.
No es tuya ni mía la inconsciencia
de celebrar en secreto lo posible
y me hago transparente
y te haces líquida
en la fórmula pactada
de beber la misma agua.

Julio Obeso González

 

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