domingo, 29 de junio de 2008

Los poemas del quinto (II)

Día 2.

Primero.
en las largas colas de los subsidios
hay hombres desempleados de la vida.

Segundo.
agotado cualquier recurso
ágil el vampiro deriva
sus colmillos no conceden eternidad
sólo ceguera.

Tercero.
el olvido me quema
con igual intensidad
que la llama viva:
¿de qué hablaba?

Cuarto.
los versos que interrogan
son claves
para cruzar a la otra orilla

Quinto.
si escribir es minar
leer atravesar un tunel
¿será más útil
el atajo o el poema?

Quinto.
visito la poesía
como me acerco al pozo:
cosechar agua
¿qué traerá el caldero?

Cuarto.
el hambre es de lo más miserable
porque podría ser de otro modo

Tercero.
un día sumé autor, palabras , lector
y resultó un poema
qué menos: ¿verdad?

Segundo.
desde niños nos enseñan a vivir indecisos
¿qué otra cosa son los columpios?

Primero.
las ranas que yo conozco
cantan mal y brillan
(es el peor mal de la poesía)

diooossss: ¡las llavesssss!

Primero.
encuentro en el vino larga tristeza

Segundo.
te reñí.................dije palabras atroces
cosas como: "amor eterno"
sé que llorabas dentro de la tumba

Tercero.
escapaba de la inundación
con un niño a hombros
¿qué vida le daba?

Cuarto.
el consuelo
nada tiene que ver con la ternura
ésta necesita la verdad
él....... con frecuencia......... de la mentira

Quinto.
los técnicos usan guantes
el poeta hurga con manos desnudas

(ya no vuelvo a bajar)

Julio Obeso González

2 comentarios:

Ana María Espinosa dijo...

Me encanta como te quedó el blog.
Se que es una ..., pero cada vez que te dejas las llaves, mejor.
Nuevas luces de descansillo en descansillo.

A fin de cuentas la vida es todo un subir y bajar o bajar y subir, como gustes.

Julio Obeso González dijo...

Ya lo dijo mi querido Confucio: Todo lo que sube, baja. Lo que no mencionó fue que la subida tenía que ser sin ascensor.
Cuando mis padres venían a verme (hace tiempo que su condición física no se lo permite) les facilitaba la "ascensión" instalando puntos de recuperación en el recorrido. En el segundo una banqueta con agua y unas aceitunas. En el tercero otra con revistas y más agua, en el cuarto el Trombocid y un libro que habla de cómo respirar utilizando el diafragma.
Una vez arriba merece la pena ver el mar desde cualquier ventana, las calvas de las gaviotas, la vecina tomando el sol en la terraza, eso no hay dinero que lo pague. Ya veremos que dicen los valencianos de sus vacaciones, este año han cambiado el descenso de rápidos por esta modalidad, que empieza a hacer furor entre los empleados de banca.
(continuará)
Besitos jerezana: Muchos.
Julio

 

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