martes, 16 de septiembre de 2008

Ernesto devorado



no el dolor la podredumbre
ni las noches ni el olvido
eran otras las rabias
..........................
no la sangre los pedacitos
ni las cartas ni lo dicho:
lobos de ínfimas mandíbulas
..........................
y qué -malditos míos-
decía este Ernesto menor
Ernesto de península
y cinco hijos sanos:
¿sabréis vivir
con lo que me enferma?
..........................
miraba a su corazón
en fauces que huían

Julio Obeso González

4 comentarios:

Víktor Gómez Valentinos dijo...

Bueno. lo leí ayer y vuelvo hoy. Bueno, Julio, ahí estamos.

Un poema que me atraviesa con sus incisivos y hace río de la frescura de la sangre desvenada.

Un abrazote

Víktor

Mónica dijo...

No se si logro entender la esencia de este poema. Pero siento como alguien comiéndose por dentro, incomprendido, sin resto de esperanza.

Me gusta la frase: ¿Sabréis vivir con lo que me enferma?
Por desgracia no se sabe hasta que se siente

gaia56 dijo...

yo también lo leí esta mañana y he vuelto aleerlo ahora.
Es duro y efectivamente siento que loso versos centrales son ¿sabréis vivir con lo que me enferma?
parece que es un grito intenso, pero que no ve aún la salida.
un abrazo

C. Chase dijo...

Me encanta la música de la película que lleva el mismo nombre que su blog.

 

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