lunes, 23 de febrero de 2009

Manifiesto desenamorado



Ya no es ojo la añoranza que mira

ni temblor el zumo que te nombra.

Doy en vértigo porque despierto

azotado por la lluvia.

Si hubo calor, sorpresa,

un algo juntos, un poco nuestro,

el hacha terminal cosió la boca

(piel que te sobra

-odio mío-

en este desgaste atroz de la memoria)

Podría pasar de largo,

no llegar nunca sin un manojo

de lápidas;

decir, la ternura que te dobla

no son mis manos y otros son los labios,

pero me mata el ruido

(vengativas colmenas

zumban en el reloj)

Podría manejar a ciegas el laberinto

calcular el rostro

que tendrás al fin del siglo.

Es tan evidente nostalgia de ararte,

de hundir, fecundar:

¡oh, antiguas cosechas!

que proclamo inservible

cuanto nace en la sangre

y no cunde.

Julio Obeso González

6 comentarios:

Ana María Espinosa dijo...

Julio: Se puede decir de un poema que es "obra maestra", pues eso.
Tengo la impresión que reúne los elementos necesarios que lo perfilan y alzan, las esencias que lo aroman, la voz que buscas y aquí hayas. Escribe, pues eso, así.

Mª Jesús So dijo...

Al fin has vuelto!

Se te echaba de menos.

Poema herrumbroso y polvoriento.

Auqnue que no lo pareca.

El moho del tiempo avanza!

E. Martí dijo...

Antiguas cosechas dificilmente florecen. Abonemos día a día; el barbecho es signo de que la simiente ha dado ya su fruto.
Buen poema, como todo lo que haces,
Julito nuestro...Bienvenido a estos lares de nuevo.

Víktor Gómez Valentinos dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Víktor Gómez Valentinos dijo...

Los vértigos de la sangre
en la herida ensanchada
enrojecen la noche: hervir
para sanar, ¿es posible?
huesos pulidos acallan
al corte con la piedra de afilar
una vida que parece un bosque.
Talar la noche
tallar la noche
tachar la noche
y sin luz beber el oscuro día.

Acaso
este tendón que cuelga
escribe renglones de signos
indescifrables.
Pero hacer nudo con él,
ahogar la imposibilidad
del salto
o la música,
eso, amada, jamás.

Si he de morir,
sea con un caudal de asedios
y fracasos
sea, vida mía,
perdiéndome
entre tus muslos cerrados.



Querido Julius: Es ese poema tuyo un logro que deviene en poesía. Ese alcance de la reiteración y el apropiamiento de lo mejor de tu rescritura y sus canales. Va bueno, compa. Va bueno.

Un abrazo, Poeta.

Víktor

Mónica Angelino dijo...

Poema excelente, de esos que te dejan un regocijo que deviene en sacudón.

Un beso.
Mónica

 

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