¿Cómo sería la luz sin su obra? Una noche de celaje anverso -potencialmente hábil para el sueño- mantiene en vilo la sombra. ¿Cómo sería el dolor antes, atrás, sin carne? Tal vez el daño más intenso: Un resplandor vacío.
cuando te parafraseas a tí mismo, no hay manera de desatar el nudo. Queda así vida y palabra tan ovilladas, que ni la espada del olvido cortaría su eficaz ligazón.
cuando te retas a tí mismo, nos desnucas. Ese es tu estilo: ocupas nuestras lágrimas, desvendas la mirada, raptas los ojos, ves y no miras.
Y es, cumplido ese posible imprevisible cuando todo tiene sentido para un cuerdo de atar, para un espía de lo efímero.
Son estas horas, cuando las cosas de la vida ya están hechas o aparcadas, las del encuentro. Una lectura, un piano, la imagen deseada, un sueño sin laberintos. Alrededor de la media noche, Thelonious Monk lo intuyó, somos seres auténticos, sin guardia. Baja una niebla lechosa y el aullido voltea el tiempo: Llega la noche..
1 comentarios:
Julio:
cuando te parafraseas a tí mismo, no hay manera de desatar el nudo. Queda así vida y palabra tan ovilladas, que ni la espada del olvido cortaría su eficaz ligazón.
cuando te retas a tí mismo, nos desnucas.
Ese es tu estilo:
ocupas nuestras lágrimas, desvendas la mirada, raptas los ojos, ves y no miras.
Y es,
cumplido ese posible imprevisible cuando todo
tiene sentido
para un cuerdo de atar,
para un espía de lo efímero.
Un abrazote,
Tu Víktor
(y no llores, que quince kilos no son nada)
Publicar un comentario