juraba el bígamo /deshuesada carne de pulpo/
lo intenté con ogros y desde la guillotina
todas las armas del daño para nada
sólo algo más cansado o púrpura
en pechos sucesivos
en los pechos de ella uno a uno
y en los pechos de ella a borbotones
las dos tartamudas de odres
mencionó con un reloj compulsivo en su sien simultánea
sin orgullo
como vencido o atrapado en su caída fatal
que espantaba toda una eternidad
sin una mísera teta que llevarse a la boca
Julio Obeso
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