-I-
Lo elegante es ganarse la vida.
Amo a las aves
que como albañiles
mueven las alas.
Planear, la aristocracia,
tienen más que ver
con el aire y la fortuna.
-II-
Baja el telón sobre las barcas.
Ni ellas se salvan de éste intuir la tierra.
La mar es el próximo metro
y detrás
la humedad dibuja con delicados óxidos
el boceto de un cormorán.
-III-
Cuando un gorrión se alimenta al paso
con breves dentelladas
a la carne insuficiente del aire,
no sabe o no quiere el vuelo de mañana.
Si en vuelo se desploma
ataviado con desbarajuste
tendrá al fin consciencia de su peso.
Confundido entre la hojarasca
o visible en el asfalto,
serán otros los de las cábalas.
Los pájaros ni mienten ni recuerdan
sus cosas suceden
por mor de un antiguo pálpito.
Julio Obeso González
Cuando un gorrión se alimenta al paso
con breves dentelladas
a la carne insuficiente del aire,
no sabe o no quiere el vuelo de mañana.
Si en vuelo se desploma
ataviado con desbarajuste
tendrá al fin consciencia de su peso.
Confundido entre la hojarasca
o visible en el asfalto,
serán otros los de las cábalas.
Los pájaros ni mienten ni recuerdan
sus cosas suceden
por mor de un antiguo pálpito.
Julio Obeso González
1 comentarios:
Cuánta inmensidad de sensaciones nacen de las aves, el vuelo que seduce... "los pájaros ni mienten ni recuerdan", cuánta libertad!. Me han gustado mucho estos poemas.
Quizá algún día, cuando al fin logre visitar ese lado del mar podamos compartir más poesía. Saludos!
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