sábado, 21 de marzo de 2009

Simetría



Un niño.
Un niño que juega.
Un niño que juega a ser bombero.
Un niño que juega a ser bombero
y quema su alias: Es hombre.
Es hombre: Un niño que juega a ser bombero
y quema su alias.
Un niño que juega a ser bombero.
Un niño que juega.
Un niño.


Julio Obeso González

6 comentarios:

E. Martí dijo...

Es hombre. Es bombero. Es niño que se estira para la vida, para apagar soledades y mentiras. Será bombero. Será hombre. Será lo que los vientos le regalen.
!Qué bonito, Julio!!! !Qué bonito!!!!

Víktor Gómez Valentinos dijo...

Dócil proximidad
de la muerte y la vida.
Esa verdad exhausta
de luchar contra los extremos.
Ese versar dividido
entre la libertad y la luz.
Para ser niño
hay que pasar
por un túnel largo de olvidos.


Tu Víktor

Mónica dijo...

Este poema me recuerda a un hombre sentado, abrazando sus rodillas, y rezando las frases de poema para si mismo.

Extraño no??
Un saludo

Ana María Espinosa dijo...

Los juegos son la llave del niño para seguir siéndolo. Haber llorado, haber jugado mucho.

Adolfo González dijo...

Eso tiene un sentido. El sinsentido sería un bombero jugando a ser niño. El niño, terriblemente intuitivo, se daría cuenta enseguida de que el bombero es un vejete, un turista curioso del alma infantil. Aunque seguro que se pondría a jugar con él.

poessia dijo...

Original simetría, donde no se sabe muy bien dónde acaba el niño y empieza el hombre.

Niño jugando a hombre.
Hombre jugando a niño.

Uno puede identificarse sin mayores problemas luego de haber leído estos versos.

Fue un placer, Julio, hasta pronto

 

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