El venerado TI- EM- PÓ
con peces luchadores en los ojos
y lotos en el pecho,
atravesó su vientre con la catana.
“No hay TI- EM- PÓ” –dijo-
yéndose con su sangre a la charca.
con peces luchadores en los ojos
y lotos en el pecho,
atravesó su vientre con la catana.
“No hay TI- EM- PÓ” –dijo-
yéndose con su sangre a la charca.
Aquel ciego se paró en los relieves.
Después dijo:
“Un reloj de sol es un objeto inútil”
A mis amigos:
Hablamos de ello
y en ocasiones lo celebramos.
Hubo tensión en la ruptura
aunque jamás sobró una copa.
¿Qué amaestraría ese tiempo?
Pienso en un ave milenaria,
aquella que no vuela
y se deja acariciar,
la que está siempre
al lado visible de las manos.
5 comentarios:
Con katana eres un relámpago
como con el verso eres un río.
Se somete a diferencia el cielo
o la arena, se divide el día
y se abre un delta
con cada poemario que convidas.
Es un verdadero placer leerte,
Julio. Un inmenso y felicitario
asunto, un tiempo indomesticable de verdad y temblor.
Cuídate bueno,
Víktor
A Julio:
El Tiempo no pude amaestrarlo nadie.
Pero sí: Un reloj de sol en un objeto inútil para un ciego.
Julio:
Es increible la cantidad de pensamientos, evocaciones que es capaz de transmitir tu poesía, con tan pocos versos. Del tiempo, que sí, que lo hemos hablado alguna vez, mejor dejarlo, no existe, somos nosotros atravesando el nuestro.
Un beso de jueves.
Me sumo a lo que dice A.MªEspinosa sobre el tiempo: somos nosotros quienes pasamos por encima de su lomo, aves pasajeras nosotros, peregrinos felices o infelices nosotros... sobre las costillas del tiempo. No es el tiempo el que nos vapulea, el que nos corrige, el que endulza o embrutece...Dominamos sus aristas, nosotros, sí.
Besazo, que se te quiere muchisiiiiiisiiimo.
Un gusto pasarme por tu blog.
Mirar el reloj.
Obsesiva manera de perder la vida.
Interesantes tus poemas.
Un abrazo
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