sábado, 5 de enero de 2008

ROSSIO



De cada estación con trenes
y mujeres, guardo recuerdos.
Ella era joven, mantenía un secreto
por el asa.
Lo cuenta cuando Lisboa se ablanda
como su resistencia en mi sueño:
“Traicioné”
El escándalo nunca me lanzaba
destellos o vergüenza.
-¿Sabes que esta ciudad mima
su pasado,
que amanece en brazos
de colinas?-
Asiente, pero es mentira,
nada más remoto la envuelve.

Julio Obeso

3 comentarios:

Víktor Gómez Valentinos dijo...

Pessoano, abarca las latitudes de la memoria y lo inconfeso, el perímetro del soñador, las líneas paralelas del verbo y la gracia de un amante curioso, preclaro, irreverente y reincidente.


Otro abrazo, zote, te,

Tu Viktor

Ana María Espinosa dijo...

Pero bueno

Qué es lo que tiene Lisboa
que a todos los enamora.

Las estaciones te sientan
bien. Familiar y viajera
a un tiempo.

Estel Julià dijo...

Hola Julio,


Rossio está tan vivo en mi memoria hoy, como Gijón.
Fue un placer tenerte acompañándome el camino que anduve.
Gijón fue una caja de sorpresas, en esos días, que espero volver a abrir de nuevo en cualquier momento.

Gracias por tu hospitalidad.


Un beso,



Estel J



PS. Por cierto, te blogo y de paso te recuerdo que me tienes que enviar unos cuantos enlacillos de paisanos que escribe en bable y otros tantos más.... jejejeje

 

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